La selección artificial permite obtener animales o plantas con determinados caracteres que, por alguna causa, nos resultan útiles. Cruzando individuos de forma adecuada y con mucha paciencia finalmente se obtiene el resultado deseado. Este método se  emplea  hace muchísimo tiempo, en especial por parte de los agricultores. El dogo argentino es un ejemplo de cómo se utilizó este procedimiento para obtener una mascota de características muy particulares. Este perro, amado por unos y temido por otros, responde a las necesidades de quienes pensaron en él como perro de caza.