Materia y energía se movilizan dentro de los ecosistemas, a través de las relaciones tróficas entre los seres vivos que forman parte de ellos. La energía proveniente del Sol pasa de unos a otros, y, en cada paso, una parte es aprovechada y otra se pierde, de diferentes formas, en el ambiente. La materia, mientras tanto, cumple ciclos que se van realimentando a sí mismos.
Comprender los fenómenos naturales nos puede estimular para cuidar mejor nuestro entorno.