Durante los siglos XIX y XX la democracia se expandió sobre una amplia gama de países del mundo, pero, en muchos casos, los mandatos constitucionales y los procedimientos de la democracia se vieron interrumpidos por la práctica de golpes de Estado. Entre 1930 y 1983, la República Argentina vivió un extenso período de inestabilidad política donde los golpes de Estado y las violaciones al orden constitucional y a los derechos humanos fueron cada vez más graves.